Este fin de semana teníamos la excusa perfecta
para ir a Melbourne, renovar el pasaporte. Y como el consulado, obviamente, no
abre los sábados, alargamos la estancia hasta el lunes. Creo que ya lo he dicho
previamente pero a Melbourne le tenemos un cariño especial, es donde empezó
nuestra aventura australiana. Realmente no sé porque lo recuerdo tan bien
porque pasamos un poco de angustia con tanta incertidumbre de no saber qué iba a ser de nuestro futuro, pero eso se va
olvidando y te quedas con lo bueno, que es la variedad de acontecimientos que
ofrece la ciudad, nuevos locales que van abriendo constantemente llenos de
encanto y con historias que contar, el contraste arquitectural, la
multiculturalidad lo cual conlleva a la grandísima variedad gastronómica, los
parques, la orilla del río, las calles espaciosas rodeadas de árboles... En
fin, por algo es una de las mejores ciudades del mundo.
Tenemos la suerte de tener unos buenos amigos
que nos hospedan en su casa, ellos nos ponen al día de las novedades de la
ciudad. A eso es a lo que nos dedicamos ese fin de semana, a explorar Melbourne
en buena compañía. Tampoco fallamos a la visita a la casa de La Familia
adoptiva (amigo de la infancia de mi padre) con los que siempre disfrutamos de
una velada agradable compartiendo historias, acompañadas de una rica y
abundante cena.
Hasta la vista Melbourne! No nos importaría
volver a vivir aquí y formar parte de tu historia ;)
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We had
the perfect excuse to go to Melbourne this past weekend, renew my Passport. As
the consulate obviously doesn’t open on Saturdays, we made our stay longer
until Monday. As mentioned on previous posts, we have a special love to
Melbourne, is where our Aussie adventure started. I don’t really know why do we
have good memories because we have tough
moments with all the uncertain of not knowing what would be our future like,
but you kind of forget and keep the good memories , which is the variety of
events, new places constantly opening their doors full of enchantment and stories
behind, the architectural contrast, the multiculturalism leading to a huge
range of gastronomy, the parks, the riverside, the large streets surrounded by
trees… in the end, one of the best
cities in the world.
We
are lucky to have good friends who host us at their place. They keep us updated
with all the new things that are happening in the city. That is exactly what we
did, explore Melbourne in good company. We also went to visit our adopted
family (my dad’s friends) whom with we always exchange stories while eating a
delicious homemade dinner.
See you son Melbourne! We wouldn’t mind moving back here and being part
of your story.
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